By: ABC.es
Un meteorito, la inundación de lo que hoy es el Mar Negro, tsunamis… religión y ciencia tienen un mínimo punto de encuentro
El Génesis, en su capítulo 7, señala: “Porque pasados aun siete días, yo haré llover sobre la tierra cuarenta días y cuarenta noches; y raeré de sobre la faz de la tierra a todo ser viviente que hice”. Continúa el primer libro de la Biblia: “Fue el diluvio cuarenta días sobre la Tierra; y las aguas crecieron, y alzaron el arca, y se elevó sobre la Tierra. Y subieron las aguas y crecieron en gran manera sobre la tierra (…) y todos los montes altos que había debajo de todos los cielos, fueron cubiertos. Quince codos más alto subieron las aguas, después que fueron cubiertos los montes”…
El mito del Diluvio Universal, originario de la civilización Sumeria, ha sido común a casi todas las creencias de la historia. Egipcios, judíos, musulmanes, hindúes, mayas… Incluso hay quienes señalan que el Arca de Noé se encontraría bajo el hielo (a 7 metros de profundidad en el interior de un glaciar de más de 90 metros de espesor) del Monte Ararat, a 5,059 metros de altura, en Turquía, una pieza de madera de unos 7.5 metros de ancho y 37.5 de longitud…. Pero, ¿qué opina la ciencia de este suceso?
Los científicos nunca han dado por verídica la hazaña de Noé ni tampoco que se produjera una lluvia de tales proporciones. En todo caso, lo que sí se considera probable es que una gran inundación en la Antigüedad haya motivado la leyenda. Para la NASA, el fenómeno pudo tener su origen en un meteorito que habría estallado sobre la capa de hielo que cubría el norte de Canadá, derritiéndolo y causando una serie de tsunamis que habrían afectado ciertas partes del globo.
La teoría más cercana con la religión ha sido formulada por los geólogos marinos William Ryan y Walter Pitman, en su libro El diluvio de Noé. Ellos señalan que la inundación se habría producido hace 7,500 años en lo que hoy conocemos como Mar Negro, en aquel tiempo un lago de agua dulce de mucho menor tamaño y habitado en sus orillas. De algún modo, el Mediterráneo se habría abierto paso a través del Estrecho del Bósforo, haciendo crecer el caudal del Mar Negro a un ritmo de entre 15 y 30 centímetros por día.
Esta teoría la basan en el hallazgo tanto de fósiles de moluscos de agua dulce como salada contemporáneos en un mismo espacio, difícil de explicar. “La temible inundación se convirtió en una historia fundamental para advertir y aterrorizar a las generaciones jóvenes, en un acontecimiento tan profundamente traumático que su recuerdo duró por más de mil años, transmitido por la tradición oral, antes de que fuera inscrito en cerámica”, afirman Ryan y Pitman.
Otras hipótesis apuntan como causa probable una intensa actividad sísmica en la zona del Mediterráneo, que hubiera originado igualmente una serie de tsunamis que golpearon la costa con violencia.
En cualquier caso, la ciencia, a diferencia de la religión, circunscribe el diluvio a determinadas zonas concretas. Nunca le da el carácter de ‘universal’.
!Enigmática!