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Por mucho tiempo ha existido la discusión sobre si la inteligencia la heredamos de nuestros padres o no.
Alrededor del coeficiente intelectual siempre ha habido controversia, principalmente cuando se discute sobre si es algo que viene de nuestros padres o no.
Aunque muchos afirman que toda la inteligencia es heredada, nadie ha podido demostrarlo, afirma una publicación del sitio web Investigación y Ciencia. Una de las pruebas que hay de que el coeficiente intelectual puede venir de nuestros padres surge tras comparar el que tienen los hermanos.
Se ha encontrado que, cuando son gemelos, y tienen por tanto los mismos genes, la probabilidad de que si uno es inteligente el otro también lo sea es muy alta. Esa probabilidad es también alta pero menor si los hermanos son mellizos, es decir, si solo comparten la mitad de sus genes. Y todavía más pequeña si son hermanos no gemelos ni mellizos.
Además, que se provenga del mismo hogar y reciban la misma educación no determina que todos los hijos finalmente tengan la misma inteligencia. Hay casos en el que un hijo adoptado puede ser mucho más listo o mucho menos listo que el hijo biológico con el que se ha criado.
¿Cuánta inteligencia viene de nuestro padres?
Aunque la evidencia científica no muestra datos contundentes acerca de cuánta inteligencia viene de nuestros padres, los estudios más rigurosos no atribuyen a la herencia biológica más de un cuarenta por ciento. Esta información sería de gran relevancia ya que sugiere que un desarrollado coeficiente intelectual también está relacionado con causas controlables como la educación la alimentación y el ambiente en el que vivimos.
Nuestra inteligencia también tiene que ver con la memoria de trabajo, a la que recurrimos para solucionar problemas, planificar el futuro y tomar decisiones. Esta memoria también depende de la corteza prefrontal, la parte más evolucionada del cerebro. Quienes tienen más memoria de trabajo generalmente poseen mayor inteligencia.
El grosor de la corteza prefrontal cuenta con un significativo componente genético, pero se conoce que es posible incrementarlo practicando de forma frecuente con actividades como jugar al ajedrez o resolver problemas matemáticos, es decir, actividades que implican el uso de la memoria de trabajo.
Lo antes mencionado quiere decir que, si ese tipo de actividad intelectual mejora el funcionamiento ordinario de la corteza prefrontal y esta mejora, también se incrementa la inteligencia, por lo que cualquier persona tiene la posibilidad de aumentar la que hereda realizando con frecuencia prácticas como las mencionadas.
Pero hay que ser conscientes de que también estamos condicionados por la biología y por ello no lograremos un desarrollo exagerado de la inteligencia por jugar, por ejemplo, con mucha frecuencia ajedrez, aunque esto sí puede incrementarla.
¿Qué influye en el éxito académico?
En temas como el éxito académico, la inteligencia no es la única capacidad heredada que influye para alcanzarlo. Una investigación dirigida por Robert Plomin, especialista mundial en el estudio de la genética del comportamiento, evidenció que en los logros académicos de los estudiantes británicos de secundaria no incide únicamente la herencia biológica relacionada con la inteligencia, sino también, y mucho más en su conjunto, la que tiene que ver con otras capacidades o rasgos de las personas como la autoeficiencia o la personalidad.
Entre las conclusiones de la investigación se señala que otras capacidades, también impresas en los genes, suponen el setenta y cinco por ciento de todo lo heredado que condiciona el éxito académico, es decir, son muchas las capacidades heredadas, y no únicamente la inteligencia, las que llevan a este tipo de éxito.