By: Tristram R. Kidder
Ingenieros increíbles con conocimientos técnicos muy sofisticados que habitaban hace más de 3.000 años la cuenca baja del río Misisipi, construyeron estructuras de tierra que todavía permanecen intactas a pesar de que no tenían herramientas modernas, animales domesticados o carros con ruedas.
Se cree que los nativos norteamericanos que ocuparon el área conocida como Poverty Point en el norte de Louisiana hace más de 3.000 años eran simples cazadores y recolectores.
Sin embargo, nuevos hallazgos arqueológicos de la Universidad de Washington en St. Louis dibujan una imagen drásticamente diferente de la primera civilización de Estados Unidos.
Lejos de la simplicidad de la vida que a veces se describe en los libros de antropología, estos primeros pueblos indígenas eran ingenieros altamente calificados capaces de construir estructuras de tierra masivas en cuestión de meses, posiblemente incluso semanas, que resistieron la prueba del tiempo, muestran los hallazgos.
«Nosotros, como comunidad de investigación, y la población en su conjunto, hemos subestimado a los nativos y su capacidad para hacer este trabajo y hacerlo rápidamente de la manera en que lo hicieron», dijo Tristram R. Kidder, autor principal en un comunicado.
“Una de las cosas más notables es que esas estructuras de tierra se han mantenido durante más de 3.000 años sin fallas ni erosiones importantes. En comparación, los puentes, carreteras y presas modernos fallan con una regularidad asombrosa porque construir cosas con tierra es más complicado de lo que parece. Realmente eran ingenieros increíbles con conocimientos técnicos muy sofisticados», añade.
Acerca de Poverty Point
Poverty Point es un sitio arqueológico del sur de los Estados Unidos que salvaguarda un movimiento de tierra prehistórico de más de 160 hectáreas perteneciente a la Cultura de Poverty Point.
Se trata de una cultura arqueológica correspondiente a un grupo de indígenas norteamericanos que habitaron la región de la cuenca baja del río Misisipi, cerca de su delta y de la desembocadura, en el norte del golfo de México.
Localizado en el noreste de Luisiana, el sitio contiene crestas y montículos de tierra que fueron construidas por cazadores-recolectores hace aproximadamente 3.400 años a partir de más de 1,5 millones de metros cúbicos de suelo.
Sorprendentemente, todo esto se hizo sin el lujo de herramientas modernas, animales domesticados o incluso carros con ruedas.
Según Kidder, el sitio era probablemente un sitio religioso importante en el que los nativos americanos iban en peregrinación, similar a La Meca. Fue abandonado abruptamente hace entre 3.000 y 3.200 años, muy probablemente debido a inundaciones documentadas en el valle de Mississippi y al cambio climático.
Tecnologías modernas
Las crestas en Poverty Point contienen grandes cantidades de artefactos alrededor y en su interior, lo que sugiere que la gente vivía allí. Kidder y su equipo volvieron a excavar y reevaluar un sitio que originalmente fue excavado por el renombrado arqueólogo Jon Gibson en 1991.
Utilizando métodos de investigación modernos, que incluyen datación por radiocarbono, análisis microscópico de suelos y mediciones magnéticas de suelos, la investigación proporciona evidencia concluyente de que las estructuras de tierra se construyeron rápidamente.
Esencialmente, no hay evidencia de límites o signos de desgaste entre los distintos niveles, lo que habría ocurrido si hubiera habido una breve pausa en la construcción.
Kidder cree que la construcción se completó en capas de sedimento depositadas para aumentar la altura de la cresta y las dimensiones lineales, antes de que se colocara otra capa para expandir la huella vertical y horizontalmente.
¿Por qué importa?
Según Kidder, los hallazgos desafían las creencias anteriores sobre cómo se comportaban los cazadores y recolectores premodernos.
La construcción de enormes montículos y crestas en Poverty Point habría requerido una gran cantidad de mano de obra que estaba bien organizada y habría requerido liderazgo para su ejecución. Se creía que los cazadores y recolectores evitaban la política.
“Entre la velocidad de la excavación y la construcción, y la cantidad de tierra que se mueve, estos datos nos muestran a los nativos viniendo al sitio y trabajando en conjunto. Esto en sí mismo es notable porque se supone que los cazadores-recolectores no pueden realizar estas actividades”, explica Kidder.
Todavía intactas
Lo que es aún más impresionante que la rapidez con que la gente construyó las estructuras de tierra, es el hecho de que todavía están intactas.
Debido a su proximidad al Golfo de México, esta área recibe inmensas cantidades de lluvia que hace que los movimientos de tierra sean especialmente propensos a la erosión.
El análisis microscópico de los suelos muestra que los nativos americanos mezclaron diferentes tipos de suelo (arcillas, limos y arena) en una receta calculada para fortalecer las estructuras.
“Al igual que el hormigón romano o la tierra apisonada en China, los nativos americanos descubrieron formas sofisticadas de mezclar diferentes tipos de materiales para hacerlos prácticamente indestructibles, a pesar de no estar compactados. Hay algo de magia allí que nuestros ingenieros modernos aún no han podido descifrar”, dijo Kidder.