By: Juan Scaliter

Es un logro de un equipo de investigadores de Europa y Asia, aunque aún estamos muy lejos de cumplir el sueño.

La noticia no ha pasado desapercibida para la comunidad científica y ha generado mucha controversia, así que vale la pena explicarla en detalle. Y vamos por orden. El entrelazamiento cuántico ocurre cuando dos partículas subatómicas interactúan entre sí a pesar de estar separadas, un proceso que Albert Einstein bautizó como “acción espeluznante a distancia”.

De acuerdo con un artículo publicado por Juani Bermejo Vega, experta en electromagnetismo y física de la Universidad de Granada, “con dos átomos en un estado especial entrelazado en un laboratorio, podemos enviar uno a Málaga y otro a Granada, y usarlos para crear una especie de “teletransporte” o “catapulta” cuántica. Esto es posible gracias al estado entrelazado, que crea una conexión espacial exótica entre Granada y Málaga. Se parece un poco al teletransporte de las películas porque permite enviar información (cuántica) sin usar cables (cuánticos)”.

Usando esta cualidad de la física, un equipo de investigadores ha publicado un estudio en el que afirma haber conseguido entrelazar cuánticamente unos animales microscópicos únicos: los tardígrados. Estos animales son capaces de soportar temperaturas de entre 200º bajo cero y 150º, resisten el vacío del espacio, presiones extremas y hasta el disparo de balas.

De acuerdo con el estudio, los autores consiguieron esto colocando a tres tardígrados congelados entre dos placas de condensadores de un circuito superconductor para formar un qubit, el equivalente cuántico de un bit. Esto provocó que los tardígrados cambiaran la frecuencia del qubit.

Luego colocaron este circuito cerca de un segundo circuito superconductor y se pudo observar que la frecuencia de ambos, qubits y tardígrados, cambiaba a la vez. El único problema es que por ahora los resultados aún no han sido revisados por pares y otros científicos los cuestionan.

Uno de ellos es Douglas Natelson, director del departamento de física y astronomía de la Universidad Rice, explica en un artículo que “no se trata de un entrelazamiento cuántico. No, un tardígrado no se enredó de manera significativa con un qubit. Lo que hicieron los autores aquí fue poner un tardígrado encima de las partes capacitivas de uno de los dos qubits acoplados. El tardígrado es principalmente agua (congelada), y aquí actúa como un dieléctrico, cambiando la frecuencia de resonancia del qubit sobre el que se encontraba”.

Pero los autores del estudio, liderados por Rainer Dumke, del Centro de Tecnologías Cuánticas, sí creen haber encontrado algo interesante, según relatan en el estudio.

Nuestra investigación actual es quizás la realización más cercana que combina materia biológica y materia cuántica. Si bien uno podría esperar resultados físicos similares de un objeto inanimado con una composición similar a la del tardígrado, enfatizamos que se observa un entrelazamiento con todo el organismo que conserva su funcionalidad biológica después del experimento”. De hecho, solo uno de los tres tardígrados que formaron parte del experimento, logró sobrevivir.

¿Qué tiene esto que ver con los viajes en el tiempo? Ya Bermejo Vega dejó entrever algo al mencionar una suerte de teletransporte. Pero hay más. De acuerdo con el profesor de física de la Universidad de Queensland, Timothy Ralph, este peculiar fenómeno cuántico se aplica no solo a través del espacio, sino a través del tiempo, según explican en un estudio.

Para el equipo de Ralph el entrelazamiento trasciende tanto el espacio físico como las medidas humanas del tiempo. Los resultados indican que es posible viajar del presente al futuro sin viajar a través del tiempo entre los dos, algo que solo es posible para una partícula. Para ello es necesario que la detección del qubit del futuro debe coincidir con su creación en el pasado. Para comprender esto, dan un ejemplo: “si el detector pasado estaba activo a las 12:00 menos cuarto, entonces el detector futuro debe esperar a activarse exactamente a las 12:15 para lograr el entrelazamiento“.

Gracias a esta peculiaridad, los investigadores están llamando a su investigación “teletransportación en el tiempo”. Debido a que la teletransportación espacial es casi una práctica de rutina en los laboratorios de hoy, es solo cuestión de tiempo antes de que los científicos comiencen a jugar con el envío de partículas al futuro… al menos eso sostienen ellos. Bueno, ellos y muchos científicos, como los que en la isla de La Palma entrelazaron cuánticamente dos fotones.

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